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martes, 13 de noviembre de 2012

Equinoterapia en el área física/psicomotora

Hoy voy hablar sobre la ayuda que brinda el caballo al desarrollo psicomotor. Trabajando la psicomotricidad en la pista de equinoterapia lo que se pretende es la construcción de los esquemas corporales, que son la conciencia o representación mental del cuerpo y sus partes, mecanismos y posibilidades de movimiento como medio de comunicación con uno mismo y con el medio.
El caballo realiza un movimiento tridimensional al desplazarse que tiene efectos sobre el organismo de quien lo monta. También, hay un “feed back” en el movimiento que genera el niño en relación al caballo, ya que al ser un ser vivo siente y percibe lo que el niño esta expresando o sintiendo y eso repercute en la calidad de su comportamiento en el momento de la monta o luego.
Los movimientos tridimensionales se pueden dividir en tres:

  1. Abducción-aducción
Cuando el caballo inicia la marcha, desplaza sus movimientos anteriores, haciendo que sus músculos lumbares se eleven de forma vertical, lo cual hace que el niño se eleve también,separándose del lomo del caballo aproximadamente 4 centímetros. Esta sensación toma de sorpresa al niño quien se defiende tratando de resistir a la misma fuerza de elevación. Inmediatamente su pelvis hace movimientos laterales, entre 8 y 9 centímetros, balanceándose el niño hacia los lados. Con lo cual la columna, para mantener el equilibrio, se flecta en relación con el sacro en 15 grados. Todo esto significa que la pelvis hace apertura y cierra, con lo que se tiene abducción y aducción.

2. Extensión-flexión

Al desplazar los miembros anteriores, el caballo empuja los posteriores simultáneamente, traspasando su punto de gravedad, y traspasando el centro de gravedad del niño, que se encuentra sentado cerca de la cruz, produciendo un avance horizontal (el primer avance es vertical). La pelvis del paciente se extiende y se recoge al ritmo del movimiento del caballo, hacia adelante y hacia atrás, con lo que se obtiene la extensión y la flexión pélvica.

3. Rotacón intero - extero

Al adelantar los anteriores y reunir los posteriores, los músculos ventrales del caballo hacen un movimiento como de acordeón, de contracción y extensión, con lo cual, la pelvis del niño responde en rotación, teniendo como eje la columna, es una rotación de 20 grados aproximadamente. Con este movimiento circular, se dan lesiones internas y externas tanto de la pelvis como de la cabeza de los fémures.
Al iniciarse este movimiento tridimensional, las vertebras superiores de la columna vertebral dotan a la cabeza de una gama de movimientos muy amplia.
Este movimiento tridimensional, y la suma de diferentes ritmos en la marcha, movimientos giratorios, de serpentina, circulares, de freno sorpresivo, más una serie de ejercicios de control de postura arriba del caballo, son los que generan cambios en el organismo de los niños con dificultades motrices.
Con eso podemos decir, "que el caballo, facilitador terapéutico, permite la estimulación de las tres dimensiones espaciales de forma simultanea, graduando frecuencia, ritmo y amplitud" (Plomino Gómez, 2002)

Podemos pensar entonces, que dados los movimientos y los ejercicios que se realizan arriba del caballo y su repercusión en el organismo del jinete, se puede concluir que el caballo permite registrar partes del cuerpo que el niño con dificultad motriz no estaria reconociendo espontánemente en su vida cotidiana.

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