- Abducción-aducción
2. Extensión-flexión
Al desplazar los miembros anteriores, el caballo empuja los posteriores simultáneamente, traspasando su punto de gravedad, y traspasando el centro de gravedad del niño, que se encuentra sentado cerca de la cruz, produciendo un avance horizontal (el primer avance es vertical). La pelvis del paciente se extiende y se recoge al ritmo del movimiento del caballo, hacia adelante y hacia atrás, con lo que se obtiene la extensión y la flexión pélvica.
3. Rotacón intero - extero
Al adelantar los anteriores y reunir los posteriores, los músculos ventrales del caballo hacen un movimiento como de acordeón, de contracción y extensión, con lo cual, la pelvis del niño responde en rotación, teniendo como eje la columna, es una rotación de 20 grados aproximadamente. Con este movimiento circular, se dan lesiones internas y externas tanto de la pelvis como de la cabeza de los fémures.
Al iniciarse este movimiento tridimensional, las vertebras superiores de la columna vertebral dotan a la cabeza de una gama de movimientos muy amplia.
Este movimiento tridimensional, y la suma de diferentes ritmos en la marcha, movimientos giratorios, de serpentina, circulares, de freno sorpresivo, más una serie de ejercicios de control de postura arriba del caballo, son los que generan cambios en el organismo de los niños con dificultades motrices.
Con eso podemos decir, "que el caballo, facilitador terapéutico, permite la estimulación de las tres dimensiones espaciales de forma simultanea, graduando frecuencia, ritmo y amplitud" (Plomino Gómez, 2002)
Podemos pensar entonces, que dados los movimientos y los ejercicios que se realizan arriba del caballo y su repercusión en el organismo del jinete, se puede concluir que el caballo permite registrar partes del cuerpo que el niño con dificultad motriz no estaria reconociendo espontánemente en su vida cotidiana.
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